Ya hacia las 3 de la tarde que inició la marcha, fuimos avanzando, al frente las primarias, secundaria, preparatorias y al final universidades. La verdad es que a medio camino departíamos, gritábamos consignas y sonreíamos al que caminaba a nuestro lado, aunque no lo conocíamos. Nos unía la misma causa.
Aunque en su mayoría eran jóvenes, hubo presencia tierna de bebés y también de personas mayores que caminaron apoyadas en su bastón.
Los automovilistas leían los mensajes, tomaban fotos de manera especial los que viajaban en el Turibús, que de pie saludaban y con celular en mano captaban el momento.
¡Fue una gran experiencia!