El proyecto del invernadero escolar se da a partir de una propuesta multidisciplinaria de pastoral y la academia de ciencias de los tres grados. El reto, desde el comienzo, fue tratar de crear un vínculo formal con los principios éticos de la permacultura y concientizar a la comunidad escolar de la importancia de la sustentabilidad siguiendo un modelo de desarrollo conducido, inclusivo y amigable para la casa común.

Se tomaron como guía tres principios de la flor de la permacultura.

• Manejo de la tierra y la naturaleza: uso de semillas, tierra y agua, creando condiciones únicas para la siembra, cuidados, observancia del proceso de crecimiento y cosecha de chiles, papas y lechugas.
• Ambientes construidos: el desarrollo esquemático de la estructura del invernadero, el lugar y ubicación espacial para el aprovechamiento de los rayos solares además de la planeación y línea de trabajo forjaron como resultado un espacio ideal para la siembra de legumbres o plantas de bajo costo y benéficas para el ser humano.
• Economía y finanzas: todo proyecto requiere un financiamiento. Las maestras y el departamento de pastoral, con entusiasmo, lograron hacer un plan de negocios que resulto rentable hasta que se logró conseguir la totalidad de recursos para que el invernadero fuera una realidad. 7 ventas de pizzas. Ventas de artesanías. El resultado: la estructura, las semillas y la implicación de todo el alumnado que al final pudieron comer del fruto del esfuerzo de la comunidad escolar.